13 May Mujeres y la bendita crisis de los 40 años
La mediana edad se vive a veces como un trauma, pero empieza a ser la ocasión de reinventarte y conectar con tu verdadero propósito vital.
A las mujeres, a diferencia de lo que les ocurre a los caballeros, no nos da por cambiar a la pareja por alguien más joven –aunque parece ser la tendencia, en los últimos años- o por comprarnos autos caros.
En este sentido, se registran algunas diferencias de género. Nosotras, en una actitud muy femenina, nos angustiamos y empezamos a pensar en las cosas que no conseguimos lograr tanto a nivel personal, como profesional.
En cualquier caso, en opinión de María Jesús Álava, psicóloga y autora de Amar sin sufrir, «la mujer de 40 suele ser una persona segura, más que un hombre de la misma edad». «Ellos han alcanzado sus principales metas a nivel profesional, la relación con su pareja se ha hecho más monótona, tienen mayor poder adquisitivo. Sin embargo, les falta algo fundamental, sentirse más jóvenes». «Se trata de una época en la que muchos matrimonios se van a pique», recuerda la psicóloga.
Generalmente, de todas formas, los hombres que buscan una solución iniciando una relación con una pareja mucho más joven se suelen arrepentir al cabo de un tiempo, sostiene. Mientras tanto, las exigencias, los deseos de las mujeres se realizan por derroteros diversos (El País 2009).
Las inquietudes y las preocupaciones reales de las mujeres suelen corresponder más a la búsqueda de la plenitud personal, familiar o profesional.
Esta etapa es una de las más delicadas, ya que muchas mujeres manifiestan aquí su resentimiento con los caballeros, porque postergaron sus carreras en pro de las familias, porque no tienen trabajos que las llenan, o simplemente porque están lejos de ser la adulta que soñaron ser cuando eran niñas.
Desde allí, las mujeres remontan, “ahora me voy a dedicar a lo que de verdad deseo…” y se arremangan para crear nuevas definiciones o versiones de sí mismas. Muchas se reinventan y se ponen a formarse y reciclarse en algo que les apasiona de verdad. Otras montan un negocio capitalizando la experiencia de años trabajando para otros.
Ya no es raro ver a mujeres de 40 años o más, focalizadas en diseñar su propio proyecto empresarial acudiendo a cursos de emprendimiento, a actividades de networking, y aprendiendo técnicas de comunicación para visibilizar su talento, su creatividad e ingenio femenino.
Otras mujeres deciden cambiar de ciudad, de trabajo o de pareja. También, las hay que deciden apuntarse a cursos de auto crecimiento y empezar a mimarse, quererse y comprenderse más. A pesar de los miedos y de las inseguridades, se cuestionan y también están abiertas a ponerse en juego, más que los hombres. Todas se miden consigo mismas y con su futuro.
Visto de otra manera, para ellas esta etapa se ha convertido en una ocasión de crecimiento y de reivindicación, como la última oportunidad para realizar sueños olvidados en un cajón, o una forma de dejar a este mundo un legado que no sea necesariamente los hijos que han parido.
No digo que sea una etapa fácil de vivir, especialmente en nuestra sociedad patriarcal donde el papel de la mujer y su imagen siempre se ponen en tela de juicio. Sin embargo, si conseguimos vivir esta época desde la compasión y aceptación hacia nosotras mismas, y la unión con otras mujeres, entonces podríamos aportar nuestra perspectiva femenina y sabiduría vivencial para promocionar actividades sociales que beneficien a otras mujeres, apoyando el cambio social que el mundo ahora necesita y empoderarnos.
La bendita crisis de los 40 años de las mujeres es una poderosa llamada a despertar, que sacude las entrañas de nuestro propósito más profundo para que nos pongamos al servicio de algo mayor, aunque sea “solamente” el merecido propósito de SER feliz.
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Autora: Paola Pozzi – Coach Sistémica