07 Sep ABRAZANDO TU ENERGÍA CÍCLICA DE SER MUJER
«La sangre menstrual recuerda a las mujeres realmente lo que son, y el día que las mujeres amen sus reglas amarán verdaderamente su cuerpo y su alma” Miranda Gray
El ciclo menstrual era para nuestras antepasadas una fuente de maravillosas energías creativas, espirituales, sexuales, emocionales, mentales y físicas.
Se trataba de un don que impulsaba a la mujer a renovarse cada mes, a manifestar y crear el mundo que la rodeaba, a conectar profundamente con la tierra y su familia, así como a expresar su sabiduría e inspiración.
Miranda Gray, autora del libro “Luna roja” nos explica que cada mujer dispone de una naturaleza cíclica única, y nos guía para vivir de forma apasionada y creativa basándonos en nuestros ciclos personales.
En nuestra sociedad nos han inculcado que la regla es “un rollo”, o son “esos días” en los que todo es más gris.
En culturas antiguas la capacidad cíclica de la mujer se usaba como recurso para estar más conectada con el poblado y con la naturaleza.
Miranda Gray y otras autoras han sabido traducir nuestras 4 fases del ciclo menstrual completo (menstruación/ días después de la menstruación/ semana de ovulación/ y semana premenstrual) en palabras de hoy en día, para que utilicemos cada fase de nuestro ciclo de la manera más práctica posible. Y yo añado: de la manera más acorde a tu ser.
Cada mes tienes la posibilidad de reconciliarte con tus 4 facetas y usar cada energía en pro de tus proyectos de vida o de emprendimiento.
Miranda Gray define estas 4 fases con las 4 estaciones del año, conectando nuestro ciclo menstrual con el ciclo de la naturaleza y de la vida misma.
Las mujeres, por suerte, somos cíclicas y esto, lejos de ser un problema (como mnuestra sociedad patriarcal intenta hacernos creer) resulta ser una ventaja y un recurso extemadamente valioso para cada mujer.
Vamos a ver más de cerca cómo son estas 4 fases y qué podemos aprovechar de ellas para nuestro bienestar:
La semana después de tener la regla coincide con la primavera, con la renovación, con un aumento en nuestra energía física y en nuestras capacidades analíticas, de concentración y de planificación.
Esta fase, nombrada la fase dinámica, es el mejor momento de nuestro ciclo para empezar proyectos nuevos, para tomar acción, trabajar a solas y lograr resultados.
La semana siguiente, coincidiendo con la ovulación, corresponde con el verano y es nuestra fase expresiva, sociable, empática y radiante. Podemos aprovechar esta fase de nuestro ciclo para resolver conflictos, quedar con amigos o familia (o una cena romántica!), y presentar nuestros proyectos o ideas a los demás.
Luego empieza la notoria fase premenstrual, la fase más desafiante para una mujer y quizás con la que más nos tenemos que reconciliar.
Esta encaja con el otoño, cuando empieza a bajar nuestra energía física y notamos la necesidad de ir para dentro, de limpiar y soltar lo que no nos beneficia, tal como caen las hojas de los árboles.
El gran reto de esta fase es canalizar nuestras altas capacidades críticas hacia cosas concretas para resolver problemas, pero no hacía nosotras o los demás. Una fase que puede ser muy destructiva, la podemos reconducir hacia una fase creativa y liberadora, de conexión con nuestro inconsciente, intuición y sabiduría.
Generalmente nuestro ritmo y energía van bajando hasta que llegamos al invierno, con la menstruación, una fase para ir a lo esencial, priorizar, y en cuanto podemos, tomar más tiempo para descansar y simplemente estar. Esta es la fase reflexiva, el final de un ciclo, un momento para parar, evaluar y conectar con lo que realmente es importante para nosotras.
Descubrir esta sabiduría ancestral ha sido para mí una enorme ayuda para entender mejor el funcionamiento de mi energía, y para aceptarme y respetarme más como mujer.
Para mí (y también para muchas mujeres) la fase premestrual (fase otoño) ha sido desde siempre muy desafiante. En esta fase pre-mestrual mi energia cambia por completo, dado que conecto con un estado profundo de rabia y tristeza a la vez.
Años atrás esta fase del ciclo me asustaba, por lo incontrolable que parecían ser mis emociones, especialmente aquellas emociones que solemos tachar como negativas (rabia y tristeza) porque son poco aceptadas socialmente.
Pero desde que conozco mis ciclo y las emociones que se generan en cada fase, me ha sido también más fácil encontrar la fórmula para superar desafiantes momentos de crisis como estos.
En esta fase pre menstrual me han sido de gran utilidad las Flores de Bach, y la combinación acertada de cherry plum, holly, crap apple me ha proporcionado alivio y tranquilidad interior. Y Esto no tiene precio!
He aprendido, durante la fase pre-mestrual a canalizar esta rabia en algo contructivo y practico, así que empleo mis capacidades críticas y agudas para deshacerme de lo que ya no me conviene, y con esto entiendo tanto cosas materiales, como trastos inútiles, proyectos sin futuro, como reflexionar de forma crítica acerca de relaciones tóxicas o colaboraciones infructuosas, para luego, en la fase de la primavera, pasar a la acción y librarme de ellas.
Esta fase es fantástica para hacer limpieza (interior y exterior). No saben ustedes la limpiezas de armarios y de trastos inútiles que consigo realizar en la fase pre-menstrual!
Te invito a bajarte este documento de Miranda Gray «Let´s go menstrual» (disponible en inglés) que explica con infinidad de detalles cómo trabajar las 4 fases del cliclo menstrual, y aprovechar a tope de tu energía femenina.
Quiero invitarte a reconectar con su natural capacidad de renovación cíclica para que te sirva como fuente de inspiración y transformación personal.
Descubrir y aceptar nuestra naturaleza de mujer nos hace más poderosas y fuertes delante de los desafíos vitales que nos apremian cada día.
Si necesitas consultarme acerca de las ventajas que tu ciclo menstrual puede aportar a tu vida y a tus proyectos, contáctame.
Paola Pozzzi
Coach Sistémica