02 Jul ¿Por qué las mujeres no se promocionan en el trabajo?

¿Porque para nosotras mujeres es tan complicado promovernos?

¿Qué pasa que en el trabajo los hombre no tienen inconvenientes en gritar a los cuatros vientos sus talentos,  mientras que las mujeres se los callan?

¿De qué manera esta forma peculiar de actuar que tenemos  las mujeres puede afectar a nuestra carrera y a nuestro éxito profesional?

Promocionarse significa enseñar nuestros puntos fuertes y nuestros éxitos.

Una buena forma de promocionarse tiene ciertas características: es  equilibrada, se basa en declaraciones verificables, y requiere saber combinar la seguridad y la autoestima. No tiene nada que ver con el narcisismo ni el egocentrismo.

Las mujeres nos promocionamos muy poco (o casi nada), y esto no es por pura y simple casualidad. En la educación femenina hablar bien de una misma es tabú o no aconsejado.

Soy italiana y vengo de una cultura latina y machista, por definición, donde hay poco espacio para la voz de  las mujeres. Desde pequeña me enseñaron que si eres buena en lo que haces, antes o temprano se te reconocerá.  ¡Menuda creencia! ¡Qué mentira tan grande!

Si, doy por sentado esta forma de pensar (creencia) y la incorporo en mi vida diaria y en el trabajo, ¿Qué voy a hacer cada vez que hago algo bien y exitoso?

Pues, fácil, me lo callo y de esta manera nadie se entera de que soy una buena profesional con talento.

Esto es lo que nos pasa a las mujeres y de esta forma, los hombres que no tienen mucho reparo en promocionar cualquier cosa que hagan mínimamente bien, nos pasan por delante. ¡Olé! Así nos va la vida.

Lo cierto es que las mujeres no suelen felicitarse mucho por los logros que consiguen, pero si las mujeres no promocionan aquello que son capaces de hacer, las probabilidades de recibir crédito por lo que aportan es muy baja.

Los juicios que emiten las personas sobre nosotros, de hecho, son el resultado de la información y las observaciones parciales y cómo éstas se interpretan. La observación directa (cuando sea posible) es aún rara vez objetiva, porque se filtra e interpreta. Por lo tanto, es importante poder integrar y completar las opiniones que los demás tienen de nosotras.

¿Cómo? Dando espacio y voz a nuestro talento.

Tenemos que empezar nosotras y no esperar que alguien desde fuera nos promocione.

Es útil para aprender a hablar de nosotras mismas con el fin de transmitir información  relevante, veraz y comprobable, que apoye la imagen que queremos proyectar.

Porque las mujeres no nos promocionamos:

• Para permanecer fieles a enseñanzas Transgeneracionales. que contribuyen a mantener los estereotipos femeninos generación tras generación (temas sistémicos transgeneracionales).
• Porque pensamos que el valor de una persona se percibe. A veces que las mujeres no hablamos de nuestros éxitos, porque estamos seguras de que nuestros resultados son tan visibles que no merece la pena anunciarlos con trompetas y tambores.  Todavía, las mujeres creen que poseer cualidades equivale a su reconocimiento inmediato, y este pensamiento nos lleva a trabajar duro para mejorar nuestra performance en lugar que promocionarnos, hablando de nosotras y sobre aquello que hemos hecho bien.

• Porque consideramos que promocionarnos denota una falta de estilo. Consecuencia de una educación que confunde la auto-mortificación con un acto de estilo.

• Porque pensamos que vamos a ser insoportables. Este pensamiento está relacionado con aquellas mujeres que resultan desagradables por ser egocéntricas y narcisistas. No significa que tenemos que parecernos a ellas, puesto que encontrar la forma de promocionarse a una misma es también una cuestión de estilo y gusto personales.
• Porque queremos ser invisibles. Disimulando talentos para no atraer la atención sobre nosotras y para no atraer posibles represalias que puedan proceder de la envidia de los demás. La envidia es algo que nos asusta a muerte.
• Porqué pensamos que los juicios de los demás son mejores (¡vaya locura!) que nuestros propios juicios. Para tener un nutrido número de personas que hable bien de ti, y que sean tus embajadores,  tendrás  primero que promocionar tus propios talentos.

Algunas consecuencias positivas de promocionarse:

1. Te permite controlar tu reputación, si no te promocionas dependerás demasiado de lo que otros piensan y dicen de ti. Considera que apenas pueden tener un conocimiento completo de tus acciones y de tus puntos fuertes, así que en tu propio interés conviene hacerlos explícitos.
2. Ayuda a los demás a interpretar tus éxitos. Contar anécdotas sobre ti, poniendo en relación la causa (tu trabajo) con el efecto (el resultado alcanzado) facilita su memorización.
3. No juegas con hándicap. Quién no se promociona, inevitablemente se penaliza, en comparación con los que sí lo hacen, ya que prevalece el «ruido» generado por los que hablan bien de sí mismos. Quién está en silencio sobre sus propios méritos, talentos y resultados, termina consiguiendo que no se le atribuyan.

A ti, mujer que estás leyendo este artículo, y te identificas con algunos aspectos comentados, te invito a un ejercicio muy sencillo: anota cada día, en una libreta, por lo menos dos éxitos (incluso los más pequeños) que has obtenido. Al final del día, formula brevemente cuál ha sido el desafío, cómo lo has superado y qué has aprendido.

Y si quieres tomar más conciencia acerca de tus fuerzas, talentos, y aquello que bloquea tu camino al éxito, estoy a tu disposición para que lo exploremos juntas. El éxito es algo muy relativo y depende del sentido que le damos. ¿Qué significa para tí el éxito?  Encuentra tu forma y estilo de ser una mujer exitosa. No dudes, contáctame.

Paola Pozzi

Coach Sistémica

*Articulo inspirado en el libro de Odile Robotti, «Il talento delle donne».