Mujeres ocultas: Camille Claudel | Paola Pozzi | Coaching, Formación, Igualdad
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Mujeres ocultas: Camille Claudel

En este mes de enero recordamos a una de las mujeres ocultas y olvidadas de la historia para dar visibilidad al talento femenino.

Camille Claudel, escultora francesa (1864-1943)

Camille Claudel nació el 8 de diciembre de 1864 en Fère-en-Tardenois, Aisne, situado en el norte de Francia. Era la hermana mayor del poeta y diplomático Paul Claudel.

 

 

Desde temprana edad disfrutaba moldeando el barro como si fuera un juego. Desde sus inicios mostró su gran capacidad para reflejar en aquel material inerte los rostros de las personas. Lo que comenzó como una mera distracción, se convirtió en una pasión que nunca contó con la aprobación de su familia, que esperaban de ella que siguiera el camino de las chicas de su tiempo, cuyo futuro se dirigía exclusivamente al interior del hogar.

Con 17 años entró en la academia Colaressi de Paris. En 1884 Auguste Rodin se convirtió en su profesor de escultura, poco después ella fue su musa y amante. Fueron años de amplia creación artística por parte de Camille quien, sin embargo, era objeto de comentarios desafortunados que ponían en duda su capacidad artística. La sombra del maestro era demasiado larga y muchos pensaron que sus geniales creaciones eran obra de Rodin o realizadas con su ayuda. Era impensable que aquella joven hermosa y de aspecto frágil fuera capaz de crear esculturas como la bella Sakountala.

Siempre fue ninguneada por la critica y, falsamente, sospechosa de recibir ayuda de Rodin. La relación se rompió en 1898, durante este tiempo el nunca dejó a su mujer.

Los críticos Morhardt y Caranfa coinciden diciendo que los estilos de Camille y Rodin son muy diferentes, siendo la obra de Rodin más suave y delicada y la de Camille más vehemente y con vigorosos contrastes. Esta diferencia de gustos pudo haber sido una de las razones que los llevaron a la ruptura, convirtiéndose finalmente en su rival.

La reputación de Camille sobrevivió no sólo por su relación con Rodin, sino por la importancia de su propia obra. Louis Vauxcelles declara que Camille fue la única escultora bien conocida del siglo, y su estilo era más viril y potente que muchos de los escultores masculinos.

En 1913 fue injustamente encerrada en un manicomio por su hermano y su madre. Pasó allí 30 años, murió sola y abandonada por todos.

 



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